lunes, 30 de noviembre de 2009

SKID ROW en Argentina, 27 de noviembre de 2009

Hay bandas que por su escasa repercusión mediática, uno cree que están muertas y enterradas. Bandas que hace muchos años que no sacan discos nuevos y que, cuando lo hacen, pasan desapercibidas. Bandas que ya no son tapa de revistas y que las mieles del éxito y los buenos tiempos parecen haberse acabado hace mucho. Skid Row es uno de esos grupos que en sus primeras épocas salió a comerse el mundo y que, de hecho, lo logró a base de excelentes discos, actitud rea y un cantante que arrancaba suspiros tanto en la platea femenina como en la masculina (no se rían, conocí varios rockeros, duros y de pelo en pecho completamente embobados con Sebastian Bach!).
Ayudados por los últimos coletazos de la escena Hard Rockera/Glam americana, supieron ganarse su lugar y aprovechar al máximo la cresta de la ola en la que estaban montados y que, ya entrados los años 90s, iba a romperse y dejar desempleados a miles de músicos con pelo batido y pañuelos de leopardo. El Grunge de Seattle había llegado para quedarse, y su oscuridad y tristeza opacó a las lentejuelas, solo los más fuertes pudieron sobrevivir: Guns n´Roses, Motley Crüe, y un puñado de bandas de la costa oeste; y por otro lado Skid Row, desde el otro lado del país, en New York.
Sin embargo las cosas no durarían demasiado, y Sebastian Bach se alejaría de la banda unos años después, dejando al grupo en la encrucijada de tirar todo a la mierda o rearmarse y seguir luchando. La segunda opción prevaleció y contrataron a Johnny Sollinger, un muchacho de Texas, que ocuparía el lugar que dejó Sebastian y que, a propósito, lo hizo muy bien. Sin embargo los nuevos discos de Skid Row con Sollinger apenas tuvieron rotación en la radio o en los canales de música. ¿La causa? El Hard Rock ya no le interesaba a nadie.
Pero lejos de amilanarse, la banda de Dave "The Snake" Sabo y Rachel Bolan siguen tocando en vivo y haciendo feliz en cada parada a un puñado de chicos (la mayoría mayores de 30) que adoran sus canciones y que todavía tienen ganas de rockear al estilo Glam.
El viernes 27 de noviembre de 2009 le tocó el turno a Buenos Aires, y poco más de mil fanáticos se dieron cita en el Teatro Colegiales para corear esas bonitas canciones que cantaban allà por finales de los ochentas o principios de los noventas.

La fiesta del Hard Rock también tuvo de invitados a Corsario Negro desde Córdoba, banda que vi muchas veces en mi privincia natal, pero que aquí solo pude apreciar la última canción de su set, (de hecho también me perdí a Bigart y a Dirty Wilds). Su propuesta es un Heavy/Rock Clásico con buenas canciones y actitud ochentera. Muy buenos, los recomiendo.

Le siguieron Sleepin Brains, ya con un sonido más claro. Una formación de Hard Rock clásica pero con teclado, lo que le da al sonido un toque más sutil. Me gustaron mucho, sobre todo el show de las chicas en tetas que se encremaban y toqueteaban. Lindo folklore hardrockero.

La última fue Bloom, un sólido cuarteto de Heavy Rock con muy buenas canciones y muy buenas voces, tanto la del cantante oficial, que también se hace cargo de la guitarra como la del baterista, que se anima no solo a hacer coros, sino también a cantar una canción entera. Habrá que estar atentos a su nuevo disco que, prometieron, sale en estos días.

Luego de la espera de rigor y exactamene a las 21:30 hs., se apagan las luces y comienza a sonar "Blitzkrieg Bop" de los Ramones, la espectativa crecía a medida que se sucedían los "hey ho, let´s go"s. Ni bien termina la canción se abre el telón y allí están ellos: "Snake" Sabo, Johnny Sollinger con gafas oscuras y pañuelo en la cabeza, el petiso Rachel Bolan con gorrita de invierno (!), el flaco Scott Hill, y el sumamente tatuado Dave Gara atrás de la batería. Y los primeros acordes de "Big Guns" hizo estallar una ovación. Hubo revoleo de cerveza por los aires y un pogo generalizado. Ahí nomás pegaron “New Generation” y casi sin respiro "Riot Act". La gente estaba como loca. Luego del saludo inicial, el arpegio de "18 and Life" generó otra ovación, la gente coreaba tan fuerte que hacían vibrar mi vaso de cerveza. De más está decir que Sollinger y la banda ya nos habían metido en el bolsillo y que podían hacer con nosotros lo que quisiesen. "Monkey Business" se hizo presente, en la cual aprovecharon para armar un duelo de guitarras y juguetear un poco con el público. La solvencia de los dos peludos guitarristas está intacta, sin llegar a ser virtuosos dominan su instrumento de manera prodigiosa, apoyados en un sobrio Rachel Bolan e impulsados por la fuerza de Gara, el animalito de la batería.

Es para remarcar la devoción que Skid Row siente por Ramones: fanáticos confesos de la primera hora, no pudieron resisitirse a la tentación de hacer "Psycho Therapy" (canción que ya habían grabado en "B-Sides Ourselves", aquel EP de covers de principios de los 90s), y cantada por Rachel Bolan con mucha actitud Punk y mayor orgullo por ser neoyorquino, como la banda de Joey (la remera de "I Love NY" no es pura coincidencia).

Pocas bandas pueden darse el lujo de quemar cuatro o cinco hits al principio del show sin que luego el mismo se caiga cuando entran canciones de discos no tan conocidos. Es que Skid Row fue una máquina de producir éxitos instantáneos en sus dos primeros discos, solo con ese material les alcanza y sobra. Sin embargo también sonó "Thick is the Skin" de "Thickskin", ese disco que pasó sin pena ni gloria; y “Disease" fue la elegida del disco "Revolutions Per Minute" de 2006 (que muy pocos nos enteramos siquiera que fue editado). Y nada, pero nada, de "Subhuman Race".
Pero la banda sabe muy bien lo que el respetable quiere escuchar y no tiene vergüenza en dárselo: "Piece of Me", "Get the Fuck Out", “Sweet Little Sister” o la versión semiacústica de "I Remember You", que enloqueció a la monada que ya estaba más que satisfecha.
"Slave to the Grind" y el bis con el megahit sin fecha de vencimiento "Youth Gone Wild" redondearon una hora y media de show, que dejó a todos con ese delicioso gustito a rock ochentero.

Seguramente el show habrá hecho recordar aquel memorable primer concierto que dio la banda hace quince años en Argentina, esa vez si, con Sebastian Bach, y en su mejor época. Quince años después, la banda sigue viviendo de esa dorada época, tanto fue su brillo que todavía les alcanza para hacer girar mundiales tocando esas viejas canciones que marcaron a fuego a miles de chicos. Pura nostalgia.
Para los que nos perdimos el primer concierto de Skid Row, ésta fue nuestra revancha; un poco más viejos, un poco más gordos, pero con las mismas ganas de rockear y gritar que somos "la juventud que se volvió salvaje", aunque a la juventud la empecemos a mirar de lejos...

Setlist:
1. Big Guns
2. New Generation
3. Riot Act
4. Piece Of Me
5. 18 And Life
6. Monkey Business
7. Thick Is the Skin
8. Makin' A Mess
9. Ghost
10. Sweet Little Sister
11. Psycho Therapy (Ramones cover), cantado por Rachel Bolan
12. I Remember You
13. Get The Fuck Out
14. Disese
15. Slave to the Grind
Bis: 16. Youth Gone Wild

Muchas gracias a la encargada de prensa de 4G Producciones, Lucía Chiarenza, por su eterna gentileza para con nosotros!

Comentó: Alien (http://alienindustries.blogspot.com/), para OXIDO.
Foto: Alien.

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