El miércoles pasado, 11 de noviembre, se estuvo presentando Dragonforce en Argentina por primera vez. El lugar de encuentro para ver a esta banda de Power Metal melódico fue El Teatro Flores, en Avenida Rivadavia al 7800, de Capital Federal.Los acompañantes que tocaron como soportes fueron Spiritual, Derrape, Lord Kraven y Tren Loco, a quienes no llegué a ver porque estuve toda la tarde ocupado con mis obligaciones y desafortunadamente me vi imposibilitado de cumplir puntualmente con el horario de apertura de puertas del local.
A las 21 hs. llegué al Teatro y me encuentro con un reducido público esperando por Dragonforce. Me llamó la atención la cantidad de gente, había un poco menos de la mitad de las personas que admite el local, personalmente nunca había visto El Teatro tan despoblado. Pensé que iría más gente, y sobre todo público muy adolescente, pero no se dieron los hechos de esa forma. Hablando con individuos del público, me decían también que les sorprendió el escaso grupo de fans que asistieron a ver a la joven banda.
Después de un rato, a las 21:30 hs., comienza a tocar Dragonforce, que vinieron a presentar temas de su último trabajo editado el año pasado, “Ultra Beatdown”, al cuál acompañaron piezas de sus tres anteriores discos. También otro motivo de la gira fue el aniversario número diez de esta agrupación formada en 1999.
Una particularidad que cuentan sus integrantes es la de tener nacionalidades diferentes: ZP Teatr en las voces, sudafricano; Herman Li en guitarras, chino; Sam Totman en guitarras, neocelandés; Vadim Pruzhanov en guitarras, ucraniano; Dave Mackintosh en batería, escocés; Frédéric Leclercq en bajo, francés.
Noté una diferencia de sonido de la banda en estudio comparándolos con el vivo: los observé menos técnicos que en sus discos, y menos nítidos. Realmente el sonido se pareció en varios momentos a una bola de ruido: no se alcanzaba a diferenciar con claridad qué es lo que estaban tocando estos muchachos. Lamentablemente esto ocurrió durante casi todo el concierto, y no se debía a un problema de sonido del lugar, sino al desempeño instrumental de los músicos.
A esto le sumamos las grandes semejanzas de sus temas unos de los otros, los cuales transformaron en denso y tedioso al ambiente. Sinceramente no hay variaciones entre sus composiciones, el 90% de ellas son prácticamente iguales: temas tocados a velocidades extremas con el doble bombo constante que no descansa prácticamente nunca, más una voz muy melódica y un teclado con mucho protagonismo. También por momentos la banda pareció extraída de un videojuego, combinan ese tipo de elementos en sus canciones.
La presencia escénica de la agrupación no me convenció mucho, por momentos parecía un show de entretenimiento infantil ( y lo digo sin exagerar!) por la forma de moverse en el escenario de todos los músicos, donde se los veía muy alegres saltando y haciendo muecas. Incluso el tecladista estaba vestido con pantalones chupines de color verde fosforescente, una remera negra con círculos rosas, una corbata también verde, y una gorra roja... En el primer momento que apreció este hombre en el escenario creí que la banda había contratado a Piñón Fijo para cumplir ese rol... Mientras tocaba sus teclados saltaba todo el tiempo, no se quedaba ni un momento quieto, ejecutaba el instrumento mientras levantaba las piernas en lo alto...
El resto de los miembros del combo multinacional, hacían ese tipo de cosas también... por ejemplo, en un momento, los dos violeros se acostaron en el suelo mientras tocaban y a la vez pataleaban… Realmente parecía un evento concebido para divertir niños, con la diferencia de que ninguno de los "actores" era tan atractivo como Panam!!
El público reaccionó bien, diría, respondiendo a la banda. No hubo pogo en ningún momento, la mayor parte del tiempo la gente permaneció parada mirando el show, y a veces saltando y alentándolos, y éstos últimos eran los que se encontraban adelante en las vallas (el público se dividía en dos sectores: los que estaban allí adelante, y el otro grupo que éramos los que estábamos atrás, quedando un notable vacío en el medio del local).
Fueron correctamente aplaudidos y no se presentó ningún inconveniente en ningún momento, se conservó siempre la tranquilidad.
Dragonforce estuvo tocando una totalidad de una hora y treinta minutos, a las 23:00 hs. concluyó el concierto. Terminó a una buena hora, es positivo que esto ocurra en los recitales que son a mitad de semana, ya que al otro día muchos nos vemos obligados a levantarnos temprano para iniciar nuestras rutinas.
A modo de resumen general, diría que a los músicos les faltó más precisión, y que quizás deberían dejar de un poco de lado esa imagen tan animada y alegre que entregan...
Con respecto a la organización: ingresé óptimamente acreditado por la gente de prensa de la productora 4G -como siempre, nuestro agradecimiento para Lucía Chiarenza!- y una vez más, salió todo a la perfección.
Comentó: Iván Ruocco, para OXIDO.
Foto: Hugo Moreno (http://www.under-site.com.ar/).
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