lunes, 17 de mayo de 2010

NAPALM DEATH & SUFFOCATION en El Teatro Flores, 14 de mayo


Noche histórica, una noche no ya de grandes exponentes de tal o cuál género, sino de creadores, de próceres, de gente que revolucionó la música desde el under, de gente que impuso un estilo que luego fue seguido por miles de bandas, aún a casi dos décadas de sus respectivos discos debuts.
Los planetas se alinearon el viernes 14 de mayo de 2010, y dos potencias se unieron para brindar un show desbordante de brutalidad, machaques impiadosos, blast beats taladrantes, y hasta hubo lugar para reflexiones de profundo contenido social (!)

Vamos por partes. El frenesí y la maldita histeria porteña -propia de la última jornada laboral de la semana- me hizo llegar al recinto de Flores un poco retrasado para la cita, por lo que pude ver los momentos finales de Exterminio. El Teatro ya estaba visiblemente lleno, pero uno podía moverse con comodidad por el lugar. Exterminio terminaba su set con un cover de Carcass y dejaba a la monada más que caliente para uno de los actos principales de la noche, los esperadísimos SUFFOCATION.

“¡¡¡Olee olee olee olee sufooooo quei yooonn!!!”

SUFFOCATION es una banda de Death Metal, eso está claro, y si bien están dentro de la camada de grupos de la vieja escuela, SUFFOCATION parece estar un nivel más arriba. Allá por el año 1991, mientras Deicide, Cannibal Corpse, Malevolent Creation y otros, hacían sus primeras armas y buscaban su propio sonido, y donde la premisa era tocar rápido pero buscando siempre -o por lo menos tratando de llegar- el formato "canción" (vale decir estrofa-puente-estribillo), SUFFOCATION hacía su debut con el EP “Human Waste”, y en el mismo año "Effigy of the Forgotten", un disco que no sólo era rápido, sino también complicado en su estructura. Aquí no había una linealidad en los temas, la construcción de las canciones era de una arquitectura retorcida y poco explorada hasta entonces, pero si había algo en aquél disco de SUFFOCATION, era la extrema brutalidad de su sonido, y la técnica instrumental de sus músicos. Semejante registro, obviamente, no pasó desapercibido, y con el correr de los años muchas bandas fueron tomando prestadas algunas cosas de SUFFOCATION; y a la larga se puede decir que son una de las bandas pioneras del Death Metal más técnico y brutal.
Demás está decir que en la carrera de SUFFOCATION no todo se reduce a su glorioso primer disco; "Breeding the Spawn" y "Pierced From Within" (luego del cual hacen un parate de varios años), hasta su último disco "Blood Oath" de 2009, son verdaderas joyas para los amantes del Metal brutal y de ritmos trabados.

Y así, con casi veinte años de trayectoria en sus espaldas, la expectativa por verlos por primera vez en Buenos Aires era mucha, ¡muchísima! Por eso, pasadas las 21 horas, una horda de seguidores se abalanzó al escenario para ver como SUFFOCATION comenzaba la masacre.

La banda, muy sólida, comandada por el pelado demente Frank Mullen, daba la sensación de ser una máquina de tirar riffs y machaques. El combo tuvo algunos cambios de formación a lo largo de su carrera, pero la Sagrada Trinidad está intacta, con Mullen a la cabeza, Terrance Hobbs en la viola y la bestia de Mike Smith en la batería; los acompañan desde hace un par de años Derek Boyer (de Decrepit Birth) en el bajo y Guy Marchais (de Pyrexia) en la otra guitarra.

Pasaron clásicos como "Liege of Inveracity" (de “Effigy…”), “Breeding the Spawn”, y repasaron gemas de sus últimos discos: “Como ya todos saben, el fin del mundo está cerca…”, vociferó Mullen, y ahí nomás pegaron “Cataclysmic Purification”; y cerraron un show tan contundente como prolijo con "Infecting the Crypts", donde un mar de cabelleras se sacudían junto al estrepitoso ritmo de una de las canciones más brutales que parieron estos oriundos de Nueva York.

Apostillas: Frank Mullen demostró que brutalidad y buena onda pueden ir juntas en una misma oración. Por su parte, Terrance Hobbs y Mike Smith dan por culo con los estereotipos de que un músico de raza negra sólo toca Funk, Soul, Rap, Jazz o Blues -o lo que carajo sea-, estos son dos músicos de altísima factura que tocan Death Metal brutal y técnico (ojalá hubiera más negros en la música extrema!).

A esa altura de la noche todo era felicidad, emoción, y una adrenalina de mil demonios. Todo estaba dado para que suban los reyes del Grindcore.

“Recuerden, la paz comienza aquí, en sus cabezas…”: Barney Greenway reflexionando en el escenario.

Si les digo que NAPALM DEATH me cambió la manera que tenía de escuchar música, no exagero. Mi curiosidad adolescente me llevó a investigar qué era esto del Grindcore a mis quince años (cuando todavía no había internet!). El primer disco que me compré fue “Utopia Banished”, y me voló la tapa de los sesos, no podía entender como existia una banda tan agresiva, y que tocara tan rápido. Hasta el día de hoy, es una de las agrupaciones que más simpatía me genera y más respeto me provoca, por la consecuencia de sus discos, su mensaje, su actitud, y -por sobre todo-, su velocidad y brutalidad.

Hablar de la trayectoria del grupo sería tan largo como engorroso: desde su formación en 1982 hasta la actualidad, han desfilado muchos músicos que hoy son personajes ilustres en la escena, no sólo dentro de la música extrema (Bill Steer, Lee Dorrian, Justin Broadrick), sino también de la música electrónica más corrosiva (Mick Harris, Nik Bullen).
Pero es luego de la edición de “Harmony Corruption” -en 1990-, cuando la banda empieza a estabilizarse, y donde comienza la formación más clásica que todavía perdura casi intacta: Mark “Barney” Greenway en los gruñidos, Mitch Harris en guitarra, Shane Embury en bajo y Danny Herrera en batería (Mick Harris grabó “Harmony Corruption” y luego se fué del grupo por diferencias musicales, y Jesse Pintado -el otro guitarrista histórico- falleció en 2006).

NAPALM DEATH ha sacado tantos discos, splits y EPs, que se hace difícil contabilizarlos. A su vez, cada CD marca una tendencia; sin embargo, desde hace unos diez años aproximadamente, la banda ha vuelto a sus raíces mas crudas: las del Grindcore teñido de una fuerte crítica social, rayando con una especie de Punk/Hardcore extremo. Lejos están de sus discos más deathmetaleros y groovies, como “Diatribes”; y ni hablar del pesado y denso “Fear, Emptiness, Despair”.

El show en El Teatro fue una muestra despiadada de actitud Punk (la remera de GBH que tenía Barney no era por pura coincidencia), rabia infinita, descontrol total, y un pogo/pista de baile violentísimo. Donde más se nota la actitud Punk es en Barney, que antes de presentar cada tema bajaba línea -en un rudimentario español-, sobre la falsedad de las religiones, sobre la paz “que comienza en tu cabeza”, sobre la libertad sexual, y condenando la tortura que “no se justifica bajo ningún motivo”.
A cada momento Barney pedía “por favor no se lastimen”, sin embargo hubo un par de encontronazos fuertes en el pogo y se rompieron algunos tabiques.

Musicalmente NAPALM DEATH sigue siendo un total caos! Abrieron con “Strong-Arm” (de su último y asperísimo álbum “Time Waits for No Slaves”); y así pasaron una serie de viejos (muy viejos) y nuevos (nuevísimos) temas (¿temas?). La seguidilla “Scum”, “Life?”, “The Kill”, “Deceiver” y “You Suffer”, hicieron que comience a lanzar espuma por la boca. Habría lugar para clásicos como “Mass Appeal Madness” (que tocado con la nueva afinación suena rarísimo), “Suffer the Children”, o el cover de Dead Kennedys “Nazi Punks Fuck Off”; pero el set se centra en la nueva etapa de su carrera, y descuida la parte más Death Metal de discos como “Inside the Torn Apart” o el mismísimo “Utopia…”.
Un set corto pero hiperconcentrado, donde hace falta muchísimo estado físico para aguantar en el agite sin necesidad de un pulmotor. Para el final “Siege of Power”, del inigualable primer trabajo, “Scum”, cerró la velada.

La cara de felicidad de todos los que estuvimos ahí no se nos borrará por mucho tiempo, parece difícil de creer que solo cincuenta minutos de lo que muchos llamarían ruido, pueda hacerme tan feliz. Corto, conciso, desprolijo por momentos, intenso hasta la exacerbación, así son los shows de NAPALM DEATH, y así es como deben ser.

La vuelta a casa, luego de la pizza de rigor, estuvo acompañada por un zumbido que hasta el día de hoy (48 horas después) no me lo puedo sacar, gajes del oficio. Lo que tampoco me puedo sacar es esta sonrisa que me sigue concienzudamente a todas partes.

Setlist de SUFFOCATION (puede variar el orden):
Thrones Of Blood
Cataclysmic Purification
Liege of Inveracity
Entrails of You
Catatonia
Pierced From Within
Breeding the Spawn
Blood Oath
Infecting the Crypts

Setlist de NAPALM DEATH:
Strong-Arm
Unchallenged Hate
Suffer the Children
Silence is Deafening
Life and Limb
Diktat
When All is Said and Done
It's a M.A.N.S. World!
From Enslavement to Obliteration
On the Brink of Extinction
Scum
Life?
The Kill
Deceiver
You Suffer
Mass Appeal Madness
Nazi Punks Fuck Off (Dead Kennedys cover)
Persona Non Grata
Smear Campaign
Time Waits for No Slave
Siege of Power

Muchas gracias a Ariel Vigo y a Gabriela Sisti, de la productora Volumen 4, por su constante gentileza para con OXIDO!

Comentó: Alien, para OXIDO.
Foto: Juan 1978.

4 comentarios:

  1. copada review loco yo estuve ahi y doy fe de cada palabra jejeje a mi en lo personal me gusto mas suffocation (que machacante energia que despedia frank por favor) porque me gusta mas que napalm jejeje fue una noche inolvidable ojala se repita pronto.

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  2. Mil gracias por opinar y por darnos tan buen crédito, Agustín... Un abrazo!

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  3. ¡Siempre presente Oxido en todos los eventos importantes! Les dejo el link donde está mi comentario más fotos. Saludos!

    http://www.requiemweb.com.ar/articulos.php?id=146

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  4. Leí la review que escribiste, Exequiel...

    Sos un genio. Sin dudas, uno de los tres o cuatro tipos que más sabe de música en este país. Y que lo sabe expresar, eso es lo mejor.

    Un gran abrazo!

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