lunes, 31 de mayo de 2010

ZZ Top en Estadio Luna Park: la auténtica fiesta del Bicentenario


Miércoles 26 de mayo en Buenos Aires: la tan mentada fiesta del Bicentenario, que aglomeró a un par de millones de personas en torno al Obelisco porteño ya era pasado. El presente ahora era el camino hacia el máximo templo bajo techo donde una banda de Rock puede aspirar a tocar en este país: el mitológico Estadio Luna Park, escenario de las más grandes veladas, aprestándose a cobijar por primera vez al histórico trío ZZ TOP, formado nada más ni nada menos que hace... cuarenta y un años!!! Amigos: si ésta no es una institución del Rock'n'Roll, de qué estamos hablando??

Mientras ingresábamos en el reducto de Corrientes y Bouchard, nos preguntábamos qué clase de público íbamos a encontrar en esta fecha: Rockeros? Si. Motoqueros? También. Heavys? Sin duda. Rollingas? Menos mal que no. Gente que iba desde los veinte a los casi setenta años? Por supuesto! El buen Rock no sabe de edades; y los espectadores que siendo las 21:35 hs. en punto, prácticamente colmaban las instalaciones del Luna, tampoco. Sólo sabían que iban a vivir una noche inolvidable, aunque no fueras fanático del trío de los hombres barbados.

Cuando a la hora mencionada se apagaron las luces, y tras una mecánica intro se empezaron a escuchar los primeros acordes del tema de los tejanos que más me gusta, "Got Me Under Pressure", supe que iba a estar ante uno de los mejores shows de los últimos tiempos. Y me pone feliz decirles que no me equivoqué.

ZZ TOP es conocida mundialmente por ser la banda de esos extraños personajes de largas barbas, su marca de fábrica: Billy Gibbons (cantante y guitarrista) y Dusty Hill (cantante y bajista), más el poco barbado y también poco simpático Frank Beard en la batería. Sus rostros totalmente ocultos bajo sombreros, anteojos negros y las mencionadas exageraciones capilares, son inconfundibles dentro del mundo de la música.
Pero lo que verdaderamente sustenta la leyenda que hoy en día es ZZ TOP ("La Vieja Bandita de Texas") es su sonido: crudo, poderosísimo, y súper ganchero. La guitarra de Billy Gibbons es el rasgo más distintivo del estilo único de los tejanos: sobre ella descansa gran parte del poder del trío, muy bien secundada por los eficaces y rítmicos tambores del inexpresivo Beard, más el bajo desbordante de groove de Dusty Hill.

El arranque fué acompañado con una respuesta un tanto fría de parte del público en el campo: un poco por la emoción de ver a estos singulares sujetos a pocos metros, otro poco por el amontonamiento que no permitía grandes movimientos, y otro poco por la edad promedio de la masa: pongámosle unos cuarenta.

Esta primer parte del show se centró en temas bastante lentos y bluseros, con algunos pasajes instrumentales prolongados. La gente fué calentando lentamente los motores, y cada canción que pasaba era acompañada por una ovación al cierre de las mismas.
La segunda mitad, en cambio, ofreció lo que casi todos fueron a buscar: una interminable seguidilla de hits, temas pegadizos y muy radiados en su momento, los cuales prácticamente todos conocían. Y cada canción que pasaba, aumentaba la fiesta, la excelente recepción de parte de los presentes, y la notable simpatía y buena onda de Gibbons y Hill. Beard no, ni siquiera se dignaba mirar a sus fanáticos.

Entre las composiciones que fueron desfilando, podemos citar "Waitin' For The Bus", "Jesus Just Left Chicago", "Pincushion", "I'm Bad, I'm Nationwide", "Future Blues", "Rock Me Baby", "Cheap Sunglasses", "I Need You Tonight", "Hey Joe", "Brown Sugar Play Video", "Francine", "Party On The Patio", "Just Got Paid", "Gimme All Your Lovin'" (hitazo!), "Sharp Dressed Man" (otro hitazo!!), y "Legs" (ídem a los dos anteriores); dejando para los bises a "Viva Las Vegas", "La Grange" y el cierre definitivo con "Tush", ante el delirio generalizado... Faltó "Doubleback" para que la fiesta fuera completa, pero ésta es sólo la opinión de un fanático del sonido ochentoso...

Gibbons y Hill se dieron tiempo para dialogar entre ellos, jugar un sketch con dos señoritas de la producción, arengar y poner en práctica sus curiosos y acompasados pasitos de baile. Además de mostrarnos su sorprendente colección de guitarras y bajos, llevándose las palmas ese par de color blanco que parecen hechas de algodón, o de lana de ovejas... :)

La voz de Gibbons se mantiene en muy buena forma, siempre ronca y cascada; pero lo que nos sorprendió muy gratamente fueron las cuerdas vocales de Dusty Hill: absolutamente impecables, y poseedoras de una claridad y un caudal que nos dejó perplejos.

Otro importante aspecto visual fué la multicolor batería de Frank Beard, coronada por el detalle de las "llantas móviles" que ocupaban los bombos, girando a lo largo de todo el show.

Detrás de los músicos, una pantalla gigante mostró un ininterrumpido desfile de imágenes, especialmente en aquellas canciones más exitosas de los tejanos, las que estuvieron acompañadas de los correspondientes videoclips.

El concierto duró aproximadamente unos cien minutos, dejando a todos con ganas de escuchar algún par de temas más, pero ampliamente satisfechos por lo visto: una de las bandas más legendarias del Rock de todos los tiempos, difícil de encasillar, pero terriblemente fácil de apreciar.
Si te gusta el Heavy, el Hard Rock, o el Rock intenso onda AC/DC y no fuiste a ver a ZZ TOP, te va a faltar una materia para terminar tu carrera.

Comentó: Javier Parente, para OXIDO.
Foto: Javier Parente.-

1 comentario:

  1. Genial reseña. Ahora una cosa, TODOS llevan barba. Sino fijense como se llama el batero: Frank Beard!

    Capos.

    Un saludo OXIDOS!

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