lunes, 1 de marzo de 2010

Ver en vivo a ALMAFUERTE y después morir

Quince años...
Se cumplen en este 2010 quince largos años desde que Ricardo Iorio -sin dudas la figura más importante del Metal hecho en Argentina- decidiera terminar con la historia de los míticos Hermética para dar gen a su proyecto más exitoso (desde el punto de vista del reconocimiento y también del éxito comercial): ALMAFUERTE.
Otrora trío, desde hace varios años ya establecidos como cuarteto, la banda del increíble Ricardo se presentaba este 27 de febrero en el Teatro Flores, en la última función de festejo del referido aniversario.

Para empezar a contar esta historia como es debido, tenemos que remitirnos a horas tempranas en la tarde de dicho sábado, en las cuales -merced a la fantástica gestión y buena onda de Marcelo Tommy Moya, mánager de la banda-, pudimos cumplir nuestro viejo y anhelado sueño de conocer en persona al Señor Iorio. Y este detalle, como es lógico, nos marcaría por el resto de la jornada, y también para nuestra pasada y futura relación con la música, de por vida.

Esto ha sido un antes y un después, un quiebre para OXIDO, como viejo y humilde medio de difusión del Heavy Metal.

Porque Ricardo Iorio en persona es un individuo tan increíblemente poderoso, tan avasallantemente contundente en su modo de hablar, expresarse y relacionarse, que salimos del camarín del Teatro Flores -tras media hora de estadía en el mismo en compañía de Ricardo- totalmente alucinados, atontados.
Luego vendría nuestra entrevista con el simpatiquísimo Bin Valencia, para poner nuevamente los pies en la tierra, pero... quedarán para siempre grabados en nuestras retinas, mentes y corazones, cada gesto, cada palabra y cada frase pronunciada por Ricardo Iorio en ese camarín del reducto de Avenida Rivadavia...
Porque de recuerdo material, tan sólo nos quedará una foto y algún par de frases grabadas, pero desde lo espiritual nos fuimos de ahí dentro con una clarísima sensación de "... y ahora qué hacemos? Porque después de Iorio, evidentemente no hay nada".

Salimos un rato del lugar tras transmitirle a Marcelo Tommy nuestro enorme agradecimiento por el momento único que nos permitió vivir; y de allí a recobrarnos del shock emocional en un tugurio vecino; mientras esperábamos el momento de reingresar ya para abocarnos a ver el show propiamente dicho.

A las 20 hs. volvimos a entrar, justo cuando comenzaba su set la primera de las tres agrupaciones invitadas, Asfixia. Un quinteto de Heavy Metal thrasheado, muy jóvenes y entusiastas. Versionaron a Hermética y a Metallica, atinadamente. Se manifestaron en todo momento agradecidos hacia ALMAFUERTE por la oportunidad brindada.

Casi 45 minutos después subió al tablado el segundo combo, Sleepin' Brains. Lo de ellos es una cruza entre Hard Rock, Glam Metal, Metal Tradicional y Rock'n'roll... con líricas en inglés. A priori, su propuesta no encajaba para nada con la de la banda principal, pero el público los respetó sin causarles cuestionamiento alguno. Inclusive los despidió con aplausos, tras su tema de cierre, en el cual subieron al escenario un par de bailarinas ligeras de ropas que entusiasmaron a los concurrentes. Hubo otro par de covers, como por ejemplo "Breaking the Law" de Judas Priest, que a esta altura empieza a parecernos un poco gastado.

Luego, pasadas las 21:30, fué el turno de los últimos invitados, Blindado. Más emparentados con el acto central, este cuarteto de Heavy Metal Clásico presentó canciones de tinte social, pertenecientes a su álbum debut, "Distorsión"; además de adelantar la inminente salida de su segundo disco. Los espectadores, que ya cubrían casi en su totalidad el recinto, apoyaron a la banda, pese a que a esa altura solamente esperaban ver a ALMAFUERTE sobre el tablado.

Y finalmente, a las 22:15, el deseo de toda esa gente se hizo realidad.
El cuarteto integrado por Ricardo en la voz, Claudio Marciello en la guitarra, Bin Valencia en la batería y Beto Ceriotti en el bajo, irrumpió en el escenario...

Y a partir de ese momento, pasamos a vivir uno de las experiencias más sorprendentes de todos estos años (unos veinticinco) que llevamos viendo recitales, ya sea de bandas argentinas o extranjeras.
Qué queremos decir con el término "sorprendente"? Pues eso, tan simple como inexplicable... No se puede describir claramente, usando terminología redundante y barata, la pasión y devoción que Ricardo Iorio despierta en sus seguidores. Ante un Teatro Flores colmado hasta reventar, Don Ricardo y sus tres colegas desplegaron un concierto contundente, pasional, visceral, desprovisto de fisuras, inolvidable.

Tengo que destacar el hecho de que, personalmente, los discos de ALMAFUERTE que más me atrapan son "Mundo Guanaco", "Almafuerte" y "Del Entorno", en ese orden. O sea, los primeros de su dilatada y exitosa carrera. No me considero un gran fan de sus últimos trabajos, ni de "Ultimando" ni de "Toro y Pampa". Por qué aclaro este detalle? Porque el repertorio se basó precisamente en esos dos últimos CDs, quedando tan sólo un pequeño puñado de títulos como testimonio de aquéllos primeros años de la banda. Pero aún así, el recital fué demoledor, único, absolutamente impresionante...

Como viejas canciones pasaron "Triunfo", "Almafuerte", "El Visitante"... No hubo clásicos como "El Pibe Tigre", ni "Sentir Indiano", ni "Hacia el Abismo"... Lo que hubiera sido esta noche de sábado si llegaban a tocar más temas antiguos, porque siendo poco entusiasta defensor de lo último que grabaron, salí híper conmovido igual!!!

Fueron 95 minutos de intenso e infernal show, donde Ricardo habló entre pieza y pieza, arengó, despotricó, se rió e hizo reír, repartió una torta entre los que estaban más cerca del escenario, desparramó todas y cada una de sus magias con gestos, actitudes, frases, curiosos bailecitos... Un PERSONAJE INCREIBLE, así, en mayúsculas!!!

Honesta y humildemente, yo les aconsejaría a sus detractores que no sigan gastando pólvora al pedo. No hay nada después de Ricardo Iorio, señores.
No hay absolutamente nadie que pueda equiparársele, en toda la escena argentina. Y me animaría a hacer un profundo análisis para hurgar en la internacional también, a ver si podemos encontrar otra banda u otro músico que despierte tamaña idolatría y devoción entre sus seguidores...

Hemos visto cientos y cientos de conciertos en vivo, en DVD, en VHS... Vamos a escuchar a casi todas las agrupaciones internacionales que nos visitan, y a las que no podemos ver las investigamos por la web, por sus ediciones de conciertos en directo, por lo que sea. No somos unos recién llegados a esta historia, OXIDO existe desde 1995; y particularmente quien les escribe lleva escuchando Heavy Metal desde 1982; y concurriendo a recitales desde mediados de la década del 80'. Créanme... no recuerdo haber visto un espectáculo tan emocionante ni a un público tan fervorosamente admirador de un artista, jamás. De hecho, creemos que no hay igual ni paralelo posible. Absolutamente todas las canciones fueron cantadas por la masa de principio a fin, imitando con sus gestos y actitudes todo lo desplegado por Iorio allá arriba...!!!

Ricardo Iorio no es solamente un artista: es la sumatoria de ser humano, personaje, cantor, decidor, poeta, líder nato, individuo único e inimitable... No hay términos medios posibles. Y por supuesto, nosotros decidimos amarlo.

La banda? Excelente. La base Valencia - Ceriotti, muy bien, sólidos y precisos.
Claudio Marciello es un genio de las seis cuerdas, el mejor guitarrista de este país, a no dudarlo. Y uno de los mejores del mundo, totalmente.

El sonido estuvo un poco alto, quizás. Y el público (unas 1800 almas) nos exime de todo otro comentario, creemos que ha quedado clarísima cuál ha sido su actitud. El calor, muy molesto, como siempre en estos reductos capitalinos. La organización, muy buena.

Párrafo final para Marcelo Tommy Moya: todo nuestro agradecimiento por su gesto hacia OXIDO.
Nos permitió llegar a la punta del Aconcagua musical argentino, qué más se podía pedir en este sábado 27 de febrero, apasionante e inolvidable...??

Comentó: Javier Parente, para OXIDO.
Fotografía: Javier Parente, gracias a la insistencia de Silvina... :)

2 comentarios:

  1. Muy buena reseña Javier. Por momentos sentí que la música pasaba a un segundo plano. Iorio sobre el escenario hipnotiza, no me quiero imaginar lo que debe haber sido tenerlo cara a cara! Con respecto a la pasión que despierta: Habría que buscar, mucho/mucho para encontrar algo similar...
    Saludos y un aguante.

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  2. Gracias!!
    Estoy muy de acuerdo con eso...
    Y lo de tenerlo cara a cara... Bueno, uno -por una cuestión de edad- ya tuvo varios músicos cara a cara. Y la sensación del sábado pasado fué inédita; todos los que estuvimos ahí dentro, en los camarines, dijimos lo mismo.
    Saludos!

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