miércoles, 27 de enero de 2010

METALLICA en Argentina, segunda noche: Una crónica pasional... :)


Hay hechos históricos. Sucesos que cambian tu vida para siempre. La sensación de cruzar definitivamente la frontera del raciocinio en donde sabes con certeza que tu vida ya nunca será como era. Y hay bandas que tienen mucho que ver con ese cambio radical de pensamiento, de actitud hacia la vida y de camino a seguir de allí en adelante.

METALLICA te hizo Heavy. La banda pilar del Thrash Metal de los 80s, la banda que hizo popular al Metal en los 90s, la banda que resurgió de sus propias cenizas en la actual década. La banda que no pudiste ver en 1993 porque eras muy chico y ni siquiera sabías quienes eran, la banda que te voló la cabeza en 1999 y que te dejó más caliente que negro en baile. La banda que te decepcionó y te hizo llorar en 2003, volvió una vez más para demostrar quien es el rey. La tercera visita de los Mesías Leprosos movilizó a fieles de todo el país en una peregrinación que culminó en dos magníficas celebraciones en Capital Federal y una en Córdoba Capital.

La visita de semejantes personajes al país generó una ola masiva de histeria; histeria que era alentada a cada momento por los medios de turno, y hasta la fina y pulcra Rolling Stone se arremangó su saco Armani para hablar con los Cuatro Jinetes.

Quiso el destino (que nunca es azaroso) que presencie la fecha del viernes de tan notable evento. La posibilidad de ver a la banda de Metal más grande del mundo era nula en un primer momento para mi persona; luego los planetas se alinearon y un alma generosa con una entrada de más se acordó de mi. Gracias infinitas, me hubiera perdido de mucho. Mi falta de ticket para el show estaba directamente relacionada con un profundo rencor que le tenía al grupo, por su poco feliz decisión de cancelar su recital de 2003 en nuestro país. Show al que, graciosamente, tampoco tenía pensado asistir. El lector se preguntará ¿que le pasa a este pelotudo con METALLICA? Muchas cosas. Una de las bandas de mi infancia más recalcitrante sacó un disco que me hizo perder la fe, "Load". La remataban tiempo después con "Reload", discos que no me gustaron, definitivamente. Para colmo Lars Ulrich no tuvo mejor idea que meterse con mi querido Napster y demostraba que lo único que perseguía era el vil metal. La cancelación de su fecha en Argentina en 2003 seguido al pésimo (para mi gusto) "Saint Anger", fue demasiado para mi; ya no me gustaba la banda. Pero lo peor de todo fue ver la cara de decepción de mis amigos, fieles seguidores. Esto hizo que le cerrara mi corazón a METALLICA para siempre.

O hasta el 22 de enero de 2010.

Y allí estaba yo esa tarde de viernes, sentado cómodamente en un palco del Monumental, esperando que sean las 21:00. Los comentarios de la noche anterior eran auspiciosos, el show había sido impecable. Pero lo que más deseaba era volver a sentir lo que sentía por el grupo a principios de los noventas, la locura del Metal, beber directamente de la teta de la banda madre y volverme loco como un adolescente. Sentir a una banda honesta para con el público y para con ellos mismos. Esta era la chance para redimirse, les daba esa oportunidad para que me vuelvan a volar la cabeza.

Ya en los primeros acordes de "Creeping Death" los restos de mi cerebro estaban por toda la platea. El reenamoramiento, el resurgir de la magia. Luego de ese momento solo quedaba disfrutar y entregarse al éxtasis. Fueron muchas las emociones que pasaron por mi cabeza en tan poco tiempo pero ésta es una pequeña lista:

La primer sorpresa: "The Four Horsemen", un leve cambio en el set de la noche anterior, encendió mi fuego. Luego toda la magia junta: "Ride the Lightning", vieja gloria que volvía a ver la luz.
"Fuel", y los fuegos que ardían atrás del escenario, te quemaban literalmente la jeta.
"One" y la pirotecnia ensordecedora.
La emoción de escuchar en vivo "Battery" (otro cambio en el setlist), uno de los momentos más fuertes de la noche.
El numerito de James con la cámara, la púa y los cuernitos, para dejar paso a "Sad But True"; el pogo animal en la marea de gente en "Enter Sandman".
El amague de "The Frayed End of Sanity".
El frenesí imparable en "Master of Puppets".
El comienzo de los bises con "Stone Cold Crazy".
La brutalidad de "Fight Fire With Fire", entendida por pocos, pero festejada alocadamente por los que sabemos reconocer un buen tema de Thrash Metal de la vieja escuela.
El final con la luces encendidas en "Seek and Destroy" (donde nunca en mi vida ví a tanta gente hacer pogo a la vez), y con un Hetfield bajándose a cantar con el público.

Apoteótico.

Pidieron perdón, nos sanaron el corazón partío, pero nos rompieron la cabeza a fuerza de volumen y brutalidad Thrash. ¿Que si se redimieron? Creo que de estos shows se va a hablar todo el año. Será muy difícil superar un concierto tan demoledor, avasallante a nivel volumen, actitud, canciones, riffs y feedback de la gente.

Por mi parte creo que METALLICA pagó sus deudas con creces y con autoridad; me hicieron recordar que fue una de las bandas que hizo de mi lo que soy ahora, y que modificó mi vida de una manera radical. Casi todos somos lo que somos por METALLICA, METALLICA te cambió la vida. A vos que tenés veinte, quizás METALLICA hizo Heavy a tu papá. A vos que tenés cuarenta, METALLICA quizás haga Heavys a tus nietos.

METALLICA, esa banda que tiene la esencia misma del Metal en su nombre, pasaron por Argentina, y varias generaciones estuvimos ahí presentes en un concierto histórico... Un concierto que quizás cambie muchas vidas para siempre.

Comentó: Alien, para OXIDO.

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