lunes, 18 de enero de 2010

DEICIDE en Súper Rock, 15 de enero


Me cae mal Glenn Benton. Me da la sensación de que es de esos tipos yanquis, gordos e ignorantes que se regodean en el nivel de vida y en los privilegios que le otorga vivir en "el mejor país del mundo" (esto es una apreciación completamente subjetiva y teñida del más corrosivo prejuicio por parte del que aquí escribe, confieso con un poco de pudor). A esto habría que sumarle la supuesta "intelectualidad" que le confiere haber leído a tipos como Anton LaVey y todo el halo satánico que lo envuelve. Infumable.

Sin embargo, siento respeto por su pasado en una de las bandas precursoras de la movida Death Metal de principios de los 90's, cuando Tampa era un buen lugar para vivir. Son clásicos de mi juventud "Deicide", "Legion" y "Once Upon the Cross", luego algunos temas sueltos de sus discos más recientes, y el increíble disco en vivo grabado en Chicago.

La inercia los trajo nuevamente a Argentina en enero de 2010, por tercera vez, y quizás la última, digo... ya no hay lugar más chico para que una banda como Deicide pueda tocar tranquilamente. Luego analizaremos lo de "tranquilamente", pero ahora ocupémonos del recinto en cuestión: Super Rock. Lugar para bandas del ascenso, con una buena infraestructura pero con un pobre sonido y mala acústica, es un antro para menos de mil personas, se ve bien de cualquier parte, pero depende mucho dónde uno esté parado para poder apreciar bien los instrumentos. Este es un gran punto en contra para una banda como Deicide (y para cualquier banda del estilo), ya que su música suele tornarse caótica y convertirse en una gran bola de ruido.

Pero lo primero es lo primero: las bandas de apertura.
Prion es una de las más reputadas bandas de Death Metal del under argentino. Brutales y técnicos en partes iguales, descargaron su set con prolijidad y justeza. Para quien no los conoce, debería escuchar con mucha atención su último disco "Impressions", uno de los mejores del estilo, del 2008.

Matan S.A. es otro de los grupos que está dando que hablar en la escena vernácula, tocando y metiéndose en la mayor cantidad de festivales y fechas que se pueda; su nombre y su propuesta van in crescendo cada día. La personalidad arrrolladora de Wata en las voces, y la solvencia de los músicos hacen de Matan S.A. uno de los combos con más proyección y futuro de la escena, salvo por el detalle de que su música es un tanto violenta para el gusto de la masa metalera. Esperamos el debut discográfico dentro de poco.

Serpentor fue la última banda invitada de la noche. Su propuesta Thrash Metal a lo Testament fue, quizás, un poco fuera de lugar para una noche extrema; sin embargo la gente apoyó a Serpentor y, salvando el pésimo sonido (desde el fondo llegaba un eco inentendible), le pusieron garra y el setlist entretuvo a la monada.

Pasadas las 21 hs. y en un lugar casi abarrotado de chicos de negro con remeras de bandas con nombres impronunciables asomó su regordeta cara Glenn Benton y el estallido de voces fue ensordecedor.
DEICIDE todavía tiene un puñado de fieles e incondicionales seguidores… aunque quizás sean bastantes menos que hace algunos años.
En el historial de conciertos en Argentina, todavía se recuerda con cierta nostalgia aquél festival Roadrunner de 1994, en el que tocaron junto a Cannibal Corpse y Ratos de Porâo, donde se juntaron más de 4000 personas en Obras; el apogeo del Death Metal con dos de sus máximos exponentes. Doce años después, en 2006 y en un reducto cuatro veces más pequeño, DEICIDE tocaba para unos mil fanáticos con un sonido deficiente en un show que dejó a varios con gusto a poco.

Casi cuatro años después, con un Benton todavía más gordo y aún más aburguesado que antes, con todas sus ínfulas a esta altura convertidas en caricaturas, y viviendo de su fama y prestigio pasados. Su Death Metal sigue siendo bueno, pero cada vez hay menos oídos que le presten atención: es una banda que está de vuelta, sin dudas.

Imagino sus comienzos (como es el comienzo de todas las bandas) tocando en bares de mala muerte y para algunos borrachos pendencieros, luego el estar en el lugar correcto en el momento oportuno, sumado a algunas buenas canciones y un toque de suerte impulsaron a DEICIDE a la fama mundial. Pero todo lo que sube tiende a bajar tarde o temprano, y repetir la misma fórmula una y otra vez y salir airoso es sólo para algunos elegidos... y DEICIDE no es Iron Maiden. Al desandar el camino inverso de la fama vuelven a encontrarse con percances como problemas de sonido, con borrachos que quieren subirse al escenario, con gente que los repudia y cosas por el estilo.

Y varias de esas cosas se conjugaron para que este show no fuera del todo un éxito. El comienzo fue digno, con un Benton enchufado, desgranando los primeros acordes de “Deicide”. Luego de las primeras canciones ya nos dábamos cuenta de que el sonido no era el mejor: las guitarras eran una lejana ilusión, hasta parecía que hacían mímica. La de Jack Owen se apreciaba mejor, pero la cara de nada del ex Cannibal Corpse y su escasa onda, no ya para con el público sino para con la vida misma, hacía que nos centremos de lleno en la humanidad de Glenn y en los mazazos de Steve Asheim (por lejos, lo mejor que tiene la banda hoy por hoy).

El derrotero de DEICIDE seguiría su curso; en un primer momento hasta se lo vió contento a Benton, pero había algo que le estaba rompiendo las pelotas desde hacía varias canciones atrás: un par de personas del público jugaba a los dardos con escupitajos y el blanco era nada menos que él; esto es jugar con fuego del infierno. Las escupidas caían como lluvia en el escenario hasta que Benton explotó, y ya de bastante mal humor, amenazó con irse del escenario (y estoy seguro que la calentura que tenía en ese momento le alcanzaba para bajarse y cagarlo bien a trompadas al pibe que escupía). Fue el momento de mayor tensión de la noche, luego de lo cual el show se pinchó por completo, y Benton sólo se concentró en terminar su set lo más rápido posible e irse a la mierda. Ya ni siquiera presentaba los temas, el fervor del público se enfrió (como el pecho de Owen) y ya no se escuchó nunca más una ovación como en las primeras canciones.

Así pasaron “Death To Jesus”, “Blame It On God”, y varios clásicos del primer disco, como “Lunatic Of God´s Creation”. Con “Serpents Of The Light” la cosa avanzó un poco, no porque hayan mejorado el sonido o el humor de Benton, sino porque es una canción increíblemente brutal. Y en “When Satan Rules This World” se escuchó tímidamente al público corear ese pesadísimo (y blasfemo) riff. “Suicidal Sacrifice” nos hizo sacudir un poco la cabellera, pero ya era tarde y todo estaba perdido, fin de la canción y fin del show, sin bises, sin despedida, frío y apático. Decepcionante.

No es la primera vez (pero ojalá que sea la última) que el público local maltrata a un músico o a una banda, pero es inentendible el hecho de pagar una entrada para bardear a un músico, o a una banda que no te gusta, por más que el maltratado sea un personaje poco querible como Glenn Benton: el William Boo del Metal extremo; controvertido en su momento, parodia de él mismo en la actualidad. Todos recordamos sus promesas de suicidio cuando cumpliera 33 años (marketing barato), y su cruz invertida grabada a fuego en su frente (pésima idea desde todo punto de vista). Sin embargo Benton, más allá de todo el cotillón, es un músico respetable y debería tratárselo como tal.

En suma: un show para el olvido, en un lugar con sonido deficiente, de una banda que está a punto de desaparecer. Demasiadas cosas en contra. Solo el bajo, la cavernosa voz de Benton, el martilleo devastador de Asheim y la contundencia de viejos clásicos hicieron que el espectáculo no naufrague por completo. Una lástima. ¿Habrá revancha?

Comentó: Alien, para OXIDO.
Fotografía: Cortesía de Gabriel Peluso.

2 comentarios:

  1. Fui a ese recital, estuvo sarpado.
    no entendia por que lo escupian a glen.
    y por otro lado es una review de un recital, a los lectores no nos interesa tu opinion sobre glen benton ni deicide.

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  2. los años pasan y la gente cambia. hacia falta resaltar que estaba gordo chabon?
    sos una groupie.

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