viernes, 9 de abril de 2010

W.A.S.P. en El Teatro Colegiales: Una vuelta a los 80's

Noche de jueves para ir a ver un recital: los consabidos problemas de horarios, laburo, viajes, tráfico, etc.. Pero estoicamente a eso de las 19:15 hs., estábamos acreditándonos ante Lucy, encargada de prensa de la organización de 4G Producciones, para entrar al Teatro Colegiales.
El motivo: la segunda visita al país de Blackie Lawless, ícono del Shock Metal ochentoso, al frente de su banda de toda la vida, W.A.S.P.. Que de W.A.S.P. solamente conserva el nombre, pero no importa, éste es un caso similar al de Megadeth: no interesa quienes sean los acompañantes de turno, mientras esté Dave Mustaine. Bueno, aquí sucede lo mismo con Blackie: mientras él permanezca, los fans de W.A.S.P. saben que el nombre continuará vivo.


Cuando entramos, vimos que ya había bastante gente en el lugar. Estaba terminando su actuación Black Scheeps, grupo donde alcanzamos a ver que cantaba una dama, pero nada más que eso, ya que justo finalizaban su set. Aprovechamos que era muy temprano, y que faltaba una larga lista de bandas invitadas, para quedarnos haciendo sociales y dialogando con aquellos personajes de la movida a los cuales siempre es una delicia encontrar en cada noche de eventos metaleros.

Al rato vimos que subía la segunda agrupación invitada, Nasty Riders. Total y absolutamente influenciados por el primer Motley Crue, tanto en sonido como en imagen, le pusieron garra y mucha onda para entretener a quienes ya se encontraban dentro del recinto. Hicieron un par de versiones de la banda de Nikki Sixx, más algún que otro tema propio, y cerraron con un cover un tanto obvio: "We're Not Gonna Take It", de los queribles Twisted Sister.

Un rato después subieron Dirty Wilds, quienes también estaban notablemente influenciados, pero no por Motley Crue, sino por Guns 'N' Roses. Remarcamos este detalle de las "notables influencias" porque eran demasiado marcadas, muy. Estos chicos también versionaron a sus ídolos (en este caso la banda de Axl) y también mostraron una imagen sobre el escenario similar a la de sus mentores. Adolecieron de algunos problemas de sonido, los cuales motivaron la ira del cantante y de uno de los violeros sobre el tablado, despidiéndose de mala manera.

A esa altura, ya se estaba notando un retraso en los horarios de actuaciones de las bandas, razón por la cual, acercándonos a las 21 horas, empezó a ser profuso el ingreso de público en el local. Muchísima gente iba adentrándose en las instalaciones del Teatro, pudiéndose ver abundancia de looks Glam, Hard Rock, y por qué no, motoqueros. Se notaba que la edad promedio de los asistentes iba a ser elevada, por encima de los treinta años.

En ese marco, comenzó su actuación la penúltima agrupación telonera, Bigart. Hard Rock con tintes a lo Skid Row, pero con una voz emparentada con Héroes del Silencio. Canciones en español, con muchísima armonía, buen gancho, y una muy aceptable respuesta de la gente para con las mismas. Punto en contra: el sonido. Desde donde nosotros estábamos (al fondo del local, pero directamente de frente al escenario) se escuchaba marcadamente bajo. Igual, bien por Bigart.

Alrededor de las 21:30 comenzó su setlist la última de la larga lista de agrupaciones invitadas, Sleepin' Brains. Más Hard Rock ganchero, con buen dominio del escenario por parte de este trío. Su actuación fue más breve que las de los anteriores músicos, seguramente por el atraso en los horarios que mencionábamos antes. Hicieron un cover de Ramones, "Poison Heart", y cerraron su show con su habitual puesta en escena donde suben dos señoritas ligeras de ropas, más un diabólico guitarrista, a acompañar al trío. La gente los despidió con aplausos, pese al cansancio que ya experimentaban algunos, luego de ver a tantos actos soportes.

Para ese entonces, siendo los minutos previos a las diez de la noche, el interior del Teatro Colegiales estaba repleto de espectadores, casi desbordado. Pese a que la ventilación del reducto es buena, el calor allí adentro de tornaba insoportable. Punto a favor era la buena onda general del público: al ser gente no tan joven, no se veían los habituales atropellos y empujones propios de otro tipo de eventos. Igualmente, durante esa espera que se prolongó hasta las 22:15, hubo una escaramuza en el centro de la masa, motivada no sabemos por qué... probablemente debido al amontonamiento, al calor, a la extensa vigilia...

Y entonces, aparecieron uno a uno los actuales laderos de Blackie sobre las tablas: Mike Dupke, baterista; Doug Blair, guitarrista, y Mike Duda, bajista. Y tras ellos, el enorme Blackie Lawless, enfundado en calzas negras, remera del mismo color con un número 25 en la espalda y el logo de W.A.S.P. en el frente, botas blancas con flecos y sus inolvidables sierras en los antebrazos... Con un maquillaje que lo hace ver parecido a Ozzy Osbourne, y varios kilos de más... pero con su mágica voz totalmente INTACTA!!!

El arranque fue a todo vapor, con la intro "Mephisto Waltz", siguiendo con "On Your Knees", pegado a "The Real Me", "L.O.V.E. Machine" y el single del último disco "Babylon": "Crazy", un tema absolutamente impresionante, a la altura de las mejores obras de W.A.S.P.. Con semejante comienzo, de más está decir que toda esa imponente cantidad de gente que abarrotaba el lugar estalló de inmediato, brindando calurosas y efusivas muestras de devoción al líder Blackie... Nunca se cantó por la banda, siempre fué por él, por Blackie, el único.

La voz del mencionado está en un estado de perfecta conservación, casi no se notan diferencias con aquélla que quedó inmortalizada en sus emocionantes registros ochenteros... El hombre desborda carisma, aunque su comunicación con la gente a lo largo de la noche no fué demasiado esmerada... Blackie dista mucho de ser un demagogo que va a decir que "somos el mejor público del mundo", aunque lo seamos. O que se vaya a poner la camiseta de Messi... entre otras cosas porque le quedaría muy apretada... xD

Los tres tipos que acompañan a Lawless hoy día, son únicamente eso: laderos. Ninguno tiene glamour, aunque cumplen sus respectivos roles a la perfección. El violero Doug Blair (que ingresó por primera vez a la agrupación en 1992) es un muy buen músico y le pone toda la garra, pero para ser Chris Holmes le falta un abismo. El bajista Mike Duda (desde 1996 en W.A.S.P.) aporta buen trabajo en las cuatro cuerdas, coros de medio pelo y un prominente abdomen. Lejos está de ser Johnny Rod, lejísimo. Y el baterista Mike Dupke (el último ingresado, en 2006) está a la altura de sus predecesores Tony Richards o Steve Riley... en fin, más no se le puede pedir.

El setlist fue básicamente, un recorrido por sus mejores álbumes, los tres primeros. Así, la banda no presentó demasiado material noventero ni de la última década; a excepción del referido "Crazy" o de "Babylon's Burning", ambas de su último y festejado álbum de estudio, más algún par más.
Entre otras, pasaron "I Don't Need No Doctor", "Wild Child" (muy cantada por los presentes), "Hellion", "Scream Until You Like It", "Arena of Pleasure", "Chainsaw Charlie", "The Crimson Idol", "I Wanna Be Somebody" (también festejadídima), la cual nosotros pensábamos que iba a ser el tema de cierre, pero no -tras otra larga e innecesaria espera para que retornaran-, el final de fiesta fué con "Heaven's Hung In Black" y "Blind In Texas", otro potentísimo hit de sus épocas más gloriosas.

Cabe destacar que muchos de los títulos interpretados contaron en su momento con videoclips promocionales, los cuales fueron desfilando en una pantalla de fondo, detrás de los músicos. Un buen detalle, con la anécdota de que quienes acompañaron anoche a Blackie, no aparecen en casi ninguna de dichas filmaciones, excepto en "Babylon's Burning"...

El comportamiento de la enorme masa asistente fué ejemplar, brindando absoluto apoyo y devoción al Gran Lawless, hecho del cual Blackie tomó debida nota, devolviendo tanto cariño en forma de una graciosa reverencia al final del show, en un muy buen gesto. Como dijimos, el sujeto no es un empalagoso demagogo, por lo cual sus pocos agradecimientos hacia sus fanáticos, seguramente son más sentidos.

El recital se prolongó hasta minutos antes de medianoche, transcurriendo todo en un clima de gran efusividad y emoción. El calor reinante no opacó para nada la propuesta, y un hecho altamente positivo -para destacar- fué el impecable sonido que acompañó la performance de Blackie y los suyos a lo largo de todo el desfile de canciones.

Salimos de allí plenamente satisfechos, por haber visto el show de una auténtica joya del Metal de la época dorada del estilo, los años 80's. Y por constatar que pese a sus kilos de más, y al paso de los años reflejado en su rostro, las cuerdas vocales de Blackie lucen impecables.
Ojalá haya un pronto retorno de W.A.S.P. a Argentina, dado que anoche quedó claramente demostrado que aquí cuentan con una numerosa legión de incondicionales fanáticos. De hecho, este evento tendría que haberse llevado a cabo en algún antro más grande, quizás en el homónimo Teatro de Flores.

Nuestro agradecimiento a Lucía Chiarenza, de 4G Producciones, por su eterna gentileza. Y a Silvina y Eduardo, por compartir esta nostálgica noche...

Comentó: Javier Parente, para OXIDO.
Fotografía: Silvina.-

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